SERIE / CANAL BRASIL

HIT PARADE

Por Wilssa Esser

“Hit Parade” cuenta la historia de Simão, un cantante idealista que, tras ser estafado por el productor Missiê Jack, abre una grabadora para enfrentar a su rival. En poco tiempo una guerra entre ellos domina la música pop de los años 80. La serie presenta un universo que apela a la exageración de los elementos estéticos característicos de la época, con un exceso de colores y brillos que configura una mirada actual, pop, donde las opciones en fotografía dialogan directamente con el tono de comicidad y drama de los episodios.

El color y la textura son los elementos determinantes de la imagen en “Hit Parade”. Optamos por un trato saturado de los colores, principalmente de los primarios, que remiten a una estética de video propia de los 80´s. En la serie vemos un programa de TV donde se presentan los artistas de mayor éxito y donde estamos siempre en tránsito entre los bastidores y el escenario de las presentaciones.

Con ayuda de filtros pudimos realzar los brillos y al mismo tiempo de-construir la demanda externa de resolución que tienen las imágenes actuales. Utilizamos algunas tonalidades de color que hacen referencia a la época pero que hoy en día no son considerados de “buen gusto”. Es como si hubieran sido desechadas por la producción contemporánea de imágenes.

Yo ya conocía a Marcelo Caetano informalmente, porque frecuentamos circuitos similares de cinema. Él conocía mi trabajo en la película “Temporada”, de André Novais, que fue mi primera experiencia como directora de fotografía en un largometraje de ficción. Nuestro primer trabajo fue un documental grabado en una escuela pública en el contexto del proyecto “Brito sin Homofobia”, que es un evento anual LGBTQIAP+, que sería censurado por las políticas del actual gobierno en Brasil. Fueron cuatro jornadas en las que mantuvimos una buena dinámica. André Barcinski, creador y guionista de “Ht Parade”, lo invitó a dirigir la serie y a partir de ahí fui llamada para hacer la fotografía.

Cuando se trata de los años 80´s, el camino más común es reproducir un imaginario estadounidense; pero la estética de la TV y del cine de la época en Brasil era bien diferente de lo que vemos en las representaciones más obvias. Nuestra investigación de imágenes fue extensiva, fuimos a ver fotos familiares, programas de TV de aquellos años, cine marginal y “pornochanchada”. Conversamos bastante sobre las imágenes que ya existían y que Marcelo traía, de donde extrajimos diversos elementos plásticos y simbólicos que vinieron a constituir la identidad visual de un Brasil pop de los 80´s.

Tuvimos mucha libertad en las elecciones. Revisitamos también películas extranjeras. La cinta “Querelle”, de Fassbinder, fue una referencia importante por el uso del color y por el glow en las altas. Las luces, la forma de grabar y el escenario del auditorio fueron muy inspirados en el musical indio Disco Dancer (1982), de Babbar Subhash.

Compaginamos todo eso con una construcción cinematográfica que buscó al mismo tiempo ser sofisticada y huir de una representación higienizada de la época. Nos permitimos trabajar con el “error”, simulando poca latitud en el range dinámico, que es una característica de las cámaras de video de aquellos años. Trabajamos con highlights estallados, con imágenes granuladas, chromas con recorte evidente, movimientos de zoom “toscos”. Usamos, por ejemplo, una gelatina verde que hoy, en una producción clásica, no sería usada jamás. Es algo que puede ser considerado de mal gusto pero que se adecuaba a nuestra propuesta: una especie de parodia estética.

El decoupage sucedía a la misma hora de grabar, concediendo libertad a los actores para crear en función de esos primeros encuentros del cuerpo en el escenario. Intentamos siempre pensar en las escenas huyendo del clásico plano/contraplano.

Las escenas de mayor planificación y coreografía fueron los planos-secuencia con steadicam, operada por Thiago Giovani. El plano-secuencia de abertura es importante por la exhibición de los bastidores. La serie ofrece un punto de vista sobre la industria fonográfica, algunos de los personajes principales son productores y trabajan en los estudios de grabación. Ese plano inicial realiza una síntesis de todo, visto que comienza en los camerinos y entra al escenario del programa de TV, al auditorio (el espacio de mayor estética en términos de colores, luces y brillo), y conduce al espectador progresivamente a un plano único de ese universo.

Marcelo Caetano tuvo cierta resistencia a trabajar con poca profundidad de campo. La serie fue grabada totalmente con F4 y 5.6 porque él quería una profundidad mayor. La mise en scène contribuía mucho a ese propósito, con los diferentes planos dramáticos. El foco podría estar adelante y también en la mitad del espacio. Es algo que funciona cuando se ha podido construir todo desde la acción de los actores. Esto fue importante para poder salir de la tendencia de look exagerado y desenfocado. Hoy en día existe un tipo de fetiche, o una falsa noción, de que la poca profundidad de campo o el desenfoque es algo más “cinematográfico”.

En relación a los encuadres, siempre tuvimos en cuenta que estábamos en el marco de una pantalla de TV pero con la consciencia de que la serie también podría ser vista en un celular. En este sentido, fue diferente de lo que haríamos para cine, sin grandes planos generales, por ejemplo.

Algunas escenas no tenían mucho movimiento de los actores, pero pudimos imprimirles cierta fluidez con el uso de rieles. Los tiempos, así, no parecen muy quietos y los espectadores no pierden el pulso del momento.

CÁMARA, LENTES Y MUCHOS FILTROS

Trabajamos con la cámara Sony FS7 por cuestiones de diseño de producción. Es más económica y al mismo tiempo tiene una ergonomía de cuerpo que permite, por ejemplo, operar la cámara en el hombro sin muchos rigs (accesorios) de adaptación. Adopté los lentes Zeiss 1.3, que me gustan mucho, pues buscábamos una imagen que no fuera muy nítida. Ellos tienen una textura vintage y un bokeh interesante. Aun así, todavía no era suficiente. Debido al look de la cámara, teníamos una textura contemporánea predominante. Entonces pasamos a la etapa de las pruebas.

Siempre trabajo mucho con filtros e intento pensar en la fotografía a partir de la textura que pide la historia. Antes de pensar en la luz y en los planos, lo primero que considero es la textura que el guion me provoca. En el caso de “Hit Parade”, los personajes circulan por muchos ambientes nocturnos, en una época en la que era permitido fumar en todos los lugares, por lo tanto el humo y el realce de los excesos tenían que estar impresos en la imagen.

Hice una gran investigación sobre filtros. Generalmente hacemos exploraciones buscando el embellecimiento. En este caso, queríamos lo contrario. Necesitábamos “damnificar” la imagen, agregarle suciedad tanto a la luz como a la textura del propio vidrio. Hice algunas pruebas de filtros que analicé con Marcelo para entender cuál sería la medida justa de la densidad, estando conscientes de que exagerar era la premisa.

A lo largo de toda la serie usamos el filtro Smoque 1. Se trata de un filtro de atmósfera, que trae un glow en las altas y suaviza la transición de los negros a los medios. Viene con un aspecto lavado que nos pareció interesante. Además del Smoque 1, sumamos el 1/4 de Pro Mist para tener un glow mayor en los highlights. Usamos siempre en el diseño de luz un contra-duro para los personajes, que es una característica de la cinematografía de la época.

Para algunos escenarios, como el auditorio, los bares y el boliche, queríamos traer más brillos, entonces añadimos el filtro Star que crea rayos múltiples a partir de un único punto de luz. En estas escenas tuvimos que sacar el Pro Mist, ya que la yuxtaposición de 3 filtros producía problemas de refacción en la imagen, provocando la duplicación de los contornos de las altas.

Todos aquellos efectos de flare de los focos de los escenarios, que hacen estrellas y figuras geométricas fueron grabados y no simulados en la posproducción. Soy bastante purista en relación a eso. Prefiero hacerlo de forma artesanal, con la cámara.

Hubo también una gran interlocución con la directora de arte, Maira Mesquita, colega con quien trabajé mucho desde las pruebas de pre-producción. Ella me envió una serie de tejidos para ver cómo respondían ante las cámaras bajo diferentes situaciones de luz. Sobre esa base definimos algunos fondos que respondían mejor a la luz, reflejando más brillos inclusive en situaciones de sub-exposición. Ese entendimiento de la textura de los filtros entre los dos departamentos fue muy importante para el diseño de arte, la elección del vestuario y los elementos que componen los escenarios.

LUCES

La serie fue un gran desafío en relación al equipo. Entre electricidad y maquinaria, yo contaba apenas con tres personas en total. Era bien complicado porque las escenas tenían 360 grados de posibilidades. A Marcelo le gusta hacer el decoupage casi al momento de grabar, de acuerdo al movimiento de los actores en el espacio. Yo tenía que montar una estructura de 360 grados, y que fuera aérea para permitir el libre movimiento del elenco. En la cámara eran también tres personas, dos asistentes y una loger.

Trabajé mucho con una mesa de luz igual a las de teatro. Los equipos de iluminación eran muy básicos debido al diseño de producción. Era una base de reflectores Arri y Fresnel, Kino Flo y HMI. No teníamos la posibilidad de usar las estructuras LEDs actuales que son más leves y controlables por iPad. Al mismo tiempo, eso no era nada contradictorio en relación a la propuesta estética. Montamos una estructura aérea con parrilla de iluminación y ajustamos las potencias en la mesa de luz dimmerizada.

Muchos de los espacios eran lugares laborales y oficinas, no obstante trabajamos mucho la claridad a lo largo de la serie, marcando la diferencia con los lugares de presentación de los artistas que generalmente eran boliches y cabarets con juegos de luces e identidades visuales particulares.

Los estudios de grabación son espacios totalmente cerrados, atemporales. Los personajes entran y acaban pasando tanto tiempo ahí que no sabemos después ni qué horas son. Se quedan ahí el día entero bebiendo, oliendo, creando. Se olvidan si es de día o de noche. Trabajamos con luces más puntuales y atmósferas más densas, principalmente dentro de la cabina. La película “Nashville” (1975), de Robert Altman, fue una referencia para el diseño de luz y para estudiar posibles juegos de reflejos con el vidrio del acuario.

Creamos diferencias entre las imágenes de los artistas. Algunos tenían un diseño estético más definido. Otros llegaban y se probaban de primera, entonces se hacía la iluminación del estudio más plana y alta, ya que era como una especie de audición.

En el caso del auditorio donde ocurre el programa de TV de Lobinho, llevamos luces hasta de más y aprovechamos los reflectores antiguos del propio estudio donde filmamos, en Belo Horizonte. Trabajamos, por tanto, con algunas luces de la propia época que retratamos. Fue el único espacio donde hicimos una pre-light, con equipo de electricidad adicional, ya que este era nuestro mayor escenario.

Los espacios, generalmente, iban transformándose con los personajes, así como la propia Sensacional Discos. Al comienzo de la serie, la sede de la disquera es la casa de Silvana, que es una mujer alcohólica que vive con las cortinas cerradas, una persona a quien le incomoda la luz del sol. Entonces, aún de día, su casa estaba iluminada por lámparas. Cuando deciden abrir la disquera, el espacio se convierte en una oficina que invade la luz solar. En el despacho de la Sensacional Discos trabajé bastante con luz dura, algo que me remite a los años 80, marcando las tramas de las persianas sobre las paredes.

Messiê Jack es el dueño de una disquera que luego se hace director artístico de la Red Platina. Su primera oficina tenía una luz más sucia, con focos fluorescentes emulados con Kino Flo, más parecida a lo que podría ser una oficina institucional. Cuando se promueve y se transforma en director artístico del canal de TV Platina, empieza a trabajar en un ambiente con paneles de vidrio traslúcido, que usamos como principal fuente de luz, rellenos con 1.2k reflejados que producían una luz suave, sobria y fría.

La mansión de Lobinho es la casa de una persona rica, un lugar con poco contraste donde la luz del día está presente en los espacios gracias a las grandes ventanas panorámicas. Trabajamos con una estructura de reflectores 1.2 rebotados, para compensar la relación interna/externa, y un 4k, alquilado para esas jornadas, que haría el highlight de contra luz que está siempre presente dando unidad a la serie, tanto en diurnas como en nocturnas.

Con Bill, que es un artista punk, las referencian eran la Alemania de los años 80 y las películas de Fassbinder. El personaje vive con su familia en una casa antigua, gótica, con texturas de moho, y por eso la luz es más verdosa. Su cuarto es diferente, con ventanas cerradas incluso durante el día, con más contraste y densidad, que reflejan el proceso depresivo que vive el personaje.

COLORES

Definimos los colores de las luces de cada escenario según cada ambiente. En el boliche de Gonçalo, donde canta Simão, una especie de caverna de mala muerte, trabajamos un clima de cabaret, con luces predominantemente rojas. Aprovechamos también los espejos de la locación para crear un juego de profundidad en las escenas.

El programa de TV es un ambiente más pop, donde nos permitimos explorarlo todo. Es un espacio de colores primarios, cosa muy televisiva. Así, resaltamos las tonalidades de azules, rojos y amarillos en la corrección de color. El juego con luces era realizado a partir de la estructura del propio escenario. El equipo de arte puso un panel de espejitos y pequeños focos colgados por una cuerda de nylon, que se iluminaban y cuando giraban ofrecían un juego de movimiento que se hacía evidente con el filtro Star.

Hay puntuaciones de color sólo en algunos personajes específicos. Para las escenas con Índigo, por ejemplo, introducimos el azul, a causa de su nombre. Cambiábamos las mezclas de color del auditorio en función de la personalidad del artista que se presentaba. Creamos identidad a partir de las luces y colores. Trabajamos el rojo para Frank Fabiano, por tratarse de un cantante romántico. La clave de luz variaba de acuerdo al tipo de música: romántica, rock, pop o indie.

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Un colaborador importante fue Alexandre Cristófaro, colorista con quien coopero hace varios años. Él acompañó el proceso desde las pruebas en pre-producción. Creamos un LUT para monitorear desde el set el visual, más cercano de lo que sería la imagen final con los colores más saturados y las pieles con un tono más amarillento. Tras el rodaje, en la corrección de color, tomamos un camino diferente basado en fotografías que Marcelo había tomado durante las grabaciones en un negativo Kodack Ektachrome. Ese negativo presentaba una adición magenta en las pieles, que incorporamos a nuestro tratamiento, acentuando la separación entre los personajes y los colores de los escenarios.

RECORTES, EFECTOS
Y COMPOSICIONES DIGITALES

Todo fue grabado con la misma cámara, incluso los videoclips y las imágenes del programa de TV. Llegamos a discutir si usábamos otra cámara para esas imágenes, pero consideramos mejor mantener esa unidad y explorar otros elementos visuales para distinguir.

Para el chroma key, hicimos recortes toscos a propósito, buscando algo parecido a los recursos utilizados en la época. Mientras más visible fuera el recorte, mejor, al contrario de lo que se busca hoy en día. Los colores vinieron más del trabajo de composición creado en los escenarios en motion design. El estudio de chroma key no era grande. Grabamos a los actores en la proporción normal y en algunas imágenes su tamaño fue alterado en pos-producción, es el caso de cuando surge una galaxia al fondo del videoclip infantil.

Marcelo Caetano quería que la serie tuviera una escena con una máquina de burbujas de jabón. Es un efecto que refleja las luces por el aire, con un movimiento que no se puede controlar. Eso contribuyó al personaje interpretado por Nash Laila, que se convierte en una cantante infantil durante su embarazo. Ya el fuego en el estudio, cuando Bill incendia una guitarra en el programa de TV estando al aire, es falso, decididamente falso, hecho en 3d. Apenas simulamos la luz de las llamas sobre los personajes.

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UNA
BELO HORIZONTE
ARQUITECTÓNICA

Fue bastante importante filmar en Belo Horizonte. Fue un plus para la serie. Allí existe un sentido de preservación arquitectónica y cultural que otras ciudades no tienen. En ciudades como São Paulo, por ejemplo, son escasos los lugares que están iguales a como eran en los años 80. Si existen, alrededor suyo ya todo es muy contemporáneo, de concreto gris. En BH, realmente, se encuentra esa preservación y conservación de edificios antiguos. Los escenarios de la ciudad eran los que necesitábamos.

Fue un placer poder rodar de nuevo en Belo Horizonte. La serie cuenta con un elenco excepcional, mayoritariamente original del estado de Minas Gerais. Volver a BH me permitió trabajar de nuevo con el equipo de fotografía de la película “Temporada”, y es gracias a esas personas que fue posible llegar al resultado que obtuvimos.

LISTA DE REFLETORES:

(1x) 575W HMI
(1x) 200W HMI
(1x) ARRI SkyPanel S30
(2x) LEDMais Flo 120
(4x) LEDMais Flo 60
(4x) ARRI Fresnel 300W
(4x) ARRI Fresnel 150W
(4x) ARRI Fresnel 650W
(2x) ARRI Fresnel 1KW
(1x) LEDMais Painel 30×30
(1x) Fresnel 2KW

LISTA DE GELATINAS:

LEE Filters Gels
058 – Lavander
115 – Peacock Blue
138 – Medium Blue
102 – Light Amber
124 – Dark Green
354 – Special Steel Blue
182 – Light Red
142 – Pale Violet

MINI BIO

https://www.wilssaesser.com/

Graduada en dirección de fotografía por la Escuela Internacional de Cine y Televisión (Cuba), Wilssa Esser es integrante y cofundadora del Colectivo de Mujeres y Personas Transgénero del Departamento de Fotografía del Cine Brasileño (DAFB). Nacida en Venezuela, reside en Brasil desde 2014. Recibió el Trofeo Candango de Mejor Fotografía de Largo-Metraje en el Festival de Brasilia de Cinema Brasileño, por “Temporada” (2018), dirigido por André Novais, también ganador del premio de Mejor Film de la Muestra Competitiva. Entre sus últimos trabajos de cinematografía están los cortos “República” (2020, “Menarca” (2020), “Quebramar” (2019), “Cachorro” (2017), “Filme-Catástrofe” (2017) y el largometraje “Mascarados” (2020)

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